A las 8:00 del pasado sábado se congregaba en el Teatro Ideal Cinema, invitados por la Adoración Nocturna, numeroso público para asistir al Pregón del Corpus 2013 que este año pronunciaría Manuel Madrid Delgado. Acudió al acto, como no podía ser de otra forma, el Presidente de la Unión de Cofradías y demás Hermanos Mayores. La Semana Santa y su participación en el Corpus es, como sabemos, muy relevante.
Manolo Madrid pasadas las 20:15 horas subió al estrado para remover los cimientos de una fe que en muchos casos es caduca y anquilosada, reflejado en une brillantísimo pregón que no dejó indiferente a nadie. Citas a Miguel de Unamuno, Albert Camus, Antonio Machado o a José Antonio Marina hicieron de este pregón algo muy diferente.
El Presidente de la Adoración Nocturna D. Ramón Arias presentó a Manolo Madrid, para poner al auditorio en situación, aunque no hiciese falta por ser un personaje suficientemente conocido. Una presentación cercana y cariñosa, muy al estilo de este presidente, sirvió para dar paso al pregonero.
Este presidente, por lo que se pudo apreciar, puede aportar nuevos aires a esta institución tan tradicional que sin duda necesita renovación y aire fresco.
La íntima relación entre la fe y la duda fue el punto de partida de la alocución. No hubo una defensa sin fisuras de unos dogmas incontestables y absolutamente enrocados sobre una verdad cuasi mágica. Su visión fue amplia y humanista.
El concepto de Eucaristía y del misterio se basaba en la búsqueda incesante del bien en desde una visión católica (acción desde la bondad de carácter universal, que es lo que este término significa y no otra cosa). Por tanto la duda no se presenta como lo negativo, sino como lo que da pie a una reflexión sobre lo que significa nuestra fe y lo que ésta debe generar a posteriori. Una fe cuyo modelo es San Juan de la Cruz, Santa Teresa o San Francisco de Asís.
Lo social es algo también determinante en todo aquello que Manolo Madrid toca. La construcción del Reino de Dios, la relación directa con esta idea, también se mantuvo presente en todo el texto de forma contundente. Su propuesta era simplemente apostar por la nueva evangelización que nuestra sociedad pide a gritos.
Jesús y las prostitutas, los publicanos, los pobres, los leprosos, los más desfavorecidos... Así es este Jesús que no estaría nunca con los intereses de banqueros y de los comerciantes más agresivos que ponen por encima de todo el sistema de producción lo más rentable posible.
Absolutamente bien hilado no faltaron las referencias a un humanista ubetense que Manolo Madrid admira profundamente: Juan Pasquau Gruerrero. De esta manera fuimos aterrizando en el Corpus Ubetense, en ese día brillante que Pasquau ha descrito con certeras palabras desde esa visión de Úbeda que nadie como él ha tenido.
Una procesión del Corpus no puede ser, por tanto, una procesión cerrada, un símbolo de la más pura ortodoxa. No puede ser una representación de aquellos valores de una iglesia que mira a Trento.
El final del pregón acabó con la descripción de una preciosa imagen que nos evocaba la película "La Misión". La escena final perfectamente podría resumir todo lo que Manuel Madrid quiso expresar. Los indios con un religioso al frente que portaba la
custodia avanza hacia los ejércitos implacables. El símbolo resultó muy ilustrativo: la procesión de procesiones, Jesús Sacramentado en manos de los ancianos, niños, mujeres y más desfavorecidos avanzan frente al poder establecido.
TEXTO: MARCOS EXPÓSITO.
FOTOGRAFÍAS: MIGUEL TEJADA.