CONCURSO FOTOGRÁFICO PARA EL CARTEL DE LA SEMANA SANTA DE ÚBEDA 2021

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Una persistente lluvia acompañó el amanecer del domingo, día 10 de marzo, en el que debía celebrarse la Concentración de Centurias Romanas que la Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad y Nuestra Señora de la Fe había organizado, con motivo del primer centenario de la hermandad y de su banda de romanos. Los participantes, llegados en su mayoría de la provincia de Córdoba, se bajaron de los autobuses con el miedo en el cuerpo pero, a medida que se iba acercando la hora del comienzo del acto, la lluvia fue remitiendo y a las 12'00 horas partían, desde el Hospital de Santiago, donde se habían concentrado, las centurias romanas que acudieron a la concentración.

Participaron la Centuria Romana de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de Baena (Córdoba), la Asociación Cultural Imperio Romano, de Bujalance (Córdoba), el Imperio Romano, de Moriles (Córdoba), la Centuria Romana Munda, de Montilla (Córdoba), la Banda de Cornetas y Tambores Virgen de la Luna, de Villanueva de Córdoba (Córdoba), la Banda de Tambores y Cornetas del Santísimo Cristo de la Columna, de Beas de Segura (Jaén) y la Centuria Romana Legión IX Hispania de nuestra ciudad. Todos los participantes lucieron sus mejores galas, unas más fieles que otras a la tradición romana y a la de la escenografía de las grandes películas de Hollywood, pero en cualquier caso desfilaron con un enorme empaque y con unos toques muy originales, convirtiendo a Úbeda, en la mañana de este domingo, en la capital del Imperio Romano.

La jornada comenzó con un pasacalles que, desde el Hospital de Santiago, recorrió las calles Sagasta, Sacramento, Ancha, Rastro, Plaza de Andalucía, Corredera, Montiel y pasando por delante de la fachada principal de la iglesia de San Pablo, desembocó en la Plaza Vázquez de Molina. Allí las centurias fueron recibidas por Francisco Javier Vera Tovar, estudioso de la historia de Roma y mecenas de la Legión IX Hispania. Vera, en nombre de la Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad, daba la bienvenida a la ciudad Patrimonio de la Humanidad a todas las legiones romanas hermanas, "representantes del resto de legiones andaluzas", dijo. Con cálidas palabras las invitó a que se sintieran como en su casa, para estrechar lazos entre personas que tienen en común el hecho de pertenecer a una centuria romana. En el acto, para el que se había instalado un escenario ante la suntuosa fachada de la Sacra Capilla del Salvador, estuvieron presentes el hermano mayor de la cofradía, el alcalde de la ciudad y la concejal de cultura.

Una a una todas las agrupaciones fueron entrando en el magnífico escenario de Vázquez de Molina. La última en entrar fue la ubetense, acompañada de una enorme ovación y de los primeros rayos de sol del día. Sus uniformes, como los de todos, en medio de ese majestuoso lugar y bañados por los rayos del sol, conformaron una estampa estéticamente inolvidable. Sin duda estos romanos ubetenses se sienten mimados por sus paisanos y protagonistas indispensables de la Pasión de Cristo y se meten de manera impecable en su papel, como una forma más de agradecer el cariño y las adhesiones que reciben.

La Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad había puesto toda la carne en el asador para que el acontecimiento fuese un éxito y sobre todo para no defraudar a los romanos venidos de fuera, con muchos de los cuales comparten ya vínculos de amistad, al haber participado la banda ubetense en otras concentraciones similares, lejos de nuestra ciudad. El trabajo había sido enorme y hubiese sido injusto que la climatología adversa lo hubiese tirado por la borda ("ni el mal tiempo ha podido con estos romanos de pecho de lata", comentaban por ahí).

Varios miles de personas parecían estar agazapadas en sus casas, en espera de que escampase, para tirarse a la calle y la calle se llenó de gente cuando, antes del inicio de los actos, la lluvia desapareció. Todo discurrió en un ambiente festivo, que era de lo que se trataba, y de enorme expectación por un acontecimiento único, que seguramente no volveremos a ver. El esfuerzo había merecido la pena y la cara de satisfacción era evidente en los hermanos de la Humildad.

Concluido el acto en Vázquez de Molina, las agrupaciones ascendían hasta la Plaza de Andalucía, para dirigirse de nuevo, por Mesones y Obispo Cobos, hasta el Hospital de Santiago y allí terminar el desfile. Esto ocurría en torno a las 15'30 horas. Minutos después una tromba de granizo caía sobre la ciudad. La meteorología había hecho justo el paréntesis que el acontecimiento necesitaba y es que es cierto que nadie puede con estos romanos de pecho de lata.

Enhorabuena a la hermandad por el trabajo desarrollado para organizar un acontecimiento tan complejo. La junta directiva del centenario se ha despedido por todo lo alto.