Unión de Cofradías de Semana Santa de Úbeda

NOTA DE PRENSA DE LA COFRADÍA.

En la noche del 4 de abril, coincidiendo con el primer día del Triduo dedicado al Cristo de la Noche Oscura, nuestra Cofradía recibía el relicario que se ha realizado para contener y procesionar la reliquia de San Juan de la Cruz.

Dicha reliquia, llegada desde Roma junto con el certificado de autenticidad del Postulador General del Carmelo Descalzo emitido en latín, nos fue entregada por el Prior del convento de los Carmelitas Descalzos, Padre Francisco Víctor, el pasado 14 de noviembre, en la Basílica-Oratorio del Convento desde donde Fray Juan se fuera "a cantar maitines al cielo".

La obra, donada por un cofrade a la hermandad, ha sido realizada en metal plateado por Talleres de Arte Granda (TAG); empresa internacional de gran prestigio especializada en arte sacro (www.granda.com), con más de 120 años de historia. Dentro del mundo cofrade, los trabajos más conocidos de Granda son los tronos del Cristo de la Expiración y del Santo Sepulcro de Málaga.

El encargo se ha realizado en las instalaciones de esta empresa situadas en Alcalá de Henares, en un proceso que ha durado casi tres meses y ha requerido el traslado de la pieza a Úbeda para realizar pruebas sobre el trono antes del acabado final.

El relicario parte en su diseño de modelos clásicos de la firma que se han adaptado a la estética de nuestra Cofradía. Está pensado para ser ubicado en la capilla del frontal del trono. Parte de un soporte de mármol negro que facilita su anclaje y extracción para ofrecerlo a la veneración.
La pieza de orfebrería, de unos 34 centímetros de alto, lleva grabada en la parte inferior la primera estrofa de la composición del Santo «Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de la perfección (que es la unión con Dios) por el camino de la negación de sí mismo». Se trata de la famosa estrofa:

"En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,

¡oh dichosa ventura!

salí sin ser notada,

estando ya mi casa sosegada."

Como puede apreciarse en las fotografías, el relicario, cuya parte inferior va repujada, va teniendo una decoración más sobria a medida que se eleva. De esta forma se ha pretendido representar el ideario de perfección sanjuanista. La obra está coronada por una cruz potenzada decorada con esmaltes a fuego. Esta discreta nota de color en el marco de un conjunto de notable sencillez de líneas pretende subrayar la pertenencia de San Juan de la Cruz a la Iglesia triunfante, así como su condición de Doctor de la Iglesia. Los brazos de la misma están unidos por unos motivos que completan la orla de la teca —una caja metálica circular de 2,5 centímetros de diámetro en cuyo interior se encuentra la pequeña reliquia—, que se ha colocado en la pieza preservando el precinto que garantiza su autenticidad.