La noche del pasado sábado, día 31 de marzo, tenía lugar el pregón oficial de la Semana Santa de Úbeda, posiblemente el acto más importante que organiza la Unión. Era una cita especial la de esta edición de 2012. En primer lugar porque sería una mujer la pregonera y durante el transcurso del mismo, se haría entrega de la medalla de oro de la Unión a la Cofradía de la Caída por su participación en la Jornada Mundial de la Juventud. De igual modo el acto contó con la presencia, además de las primeras autoridades locales, Hermanos Mayores y representantes de la vida social y cofrade de Úbeda, de la del señor Obispo de la Diócesis Monseñor Ramón del Hoyo, quien con su presencia quiso respaldar el trabajo de la Unión de Cofradías, y a la Cofradía de la Caída; al efecto de resaltar la presencia de nuestro Obispo, fue invitado por el presidente de la Unión, por vez primera en la historia, a ocupar la presidencia del escenario acompañando a los Hermanos Mayores y la a la pregonera para participar en la apertura del acto.
Prologada por las bellas y cariñosas palabras de su presentadora Rocío Jimena Morillo, nuestra compañera y vicesecretaria de Unión María del Mar Latorre Delgado, nos regalo un pregón brillante y vibrante, cercano en la forma y profundo en el fondo, cargado de sentimiento, emoción y pasión cofrade, declamado de manera pausada y elegante, por una cristiana comprometida que lleva prendido en el corazón su pertenencia a la familia salesiana. María del Mar desnudó su alma penitente a lo largo de seis estampas, que ella denominaba estaciones, que tuvo su parada final en el indeleble recuerdo de la participación de la Cofradía de sus amores en el Vía Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud. Su condición de hija, madre, esposa y miembro de la Unión de Cofradías, en definitiva de mujer comprometida, impregnaron muchos de los pasajes de su pregón. Puesto en pié el público, que abarrotaba el auditorio del Hospital de Santiago, bellamente engalanado para el acto del pregón, rubricó en forma de cerrada y prolongada ovación las inolvidables palabras de María del Mar.